Heroes de la lucha revolucionaria y la resistencia chilena - Tamara y Rodrigo

Posted by Nuestra publicación: on viernes, octubre 30, 2015

HONOR Y GLORIA ETERNA PARA LA COMANDANTE TAMARA Y EL COMANDANTE RODRIGO 

Cecilia Magni Camino ( TAMARA)y Raúl Pellegrin Friedmann, (RODRIGO)comandantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), fueron capturados tras la toma y copamiento de cuatro poblados: Aguas Grandes, La Mora, Pichipellahuén y del cuartel Los Queñes, en 1988.Al morir, Cecilia Magni (Comandante Tamara) y Raúl Pellegrín (Comandante José Miguel) eran miembros de la Dirección Nacional del FPMR.Ambos fueron detenidos, torturados brutalmente y arrojados al río Tinguiririca en estado agónico para que murieran y desaparecieran.
Entre los asesinos hay oficiales y suboficiales de Carabineros, algunos en servicio activo.Fueron detenidos juntos, probablemente en la tarde del sábado 27 de octubre. El miércoles 31, aparecerían sus cuerpos flotando en el río.Tras los exámenes de rigor se presume que fueron asesinados el 28 de octubre. Habrían estado detenidos unas 24 horas, siendo salvajemente torturados. Sus cuerpos no presentaban impactos de bala. Fueron torturados hasta la muerte. En sus asesinatos no solo actuaron los servicios de seguridad de la dictadura de Pinochet, también hubo una traición.
Tras la aparición de sus cuerpos en el río Tinguiririca, la dictadura afirmó que “habían muerto ahogados”. Días antes, Fuerzas Especiales de Carabineros desarrollaron un operativo terrestre y aéreo, con más de 200 efectivos, peinando la zona cordillerana, buscando al destacamento guerrillero que había tomado el retén de Los Queñes, donde murió un carabinero en el enfrentamiento.
La toma de Los Queñes y poblados vecinos fue dirigida por Tamara y José Miguel como parte de la ofensiva en la que irrumpía la Guerra Patriótica Nacional (GPN), impulsada por el FPMR, en respuesta al triunfo del “NO” en el Plebiscito del 5 de octubre de 1988 y de la instalación de la “democracia tutelada”, pactada por los militares, el imperialismo, la derecha y los partidos de la Concertación, que legitimó el modelo económico y la “legalidad” instaurada a sangre y fuego por Pinochet.“Ingresé a esto porque creía en una sociedad diferente, más justa y este camino es más realista; soy consecuente con mis ideas”, decía Cecilia Magni.Fue una maravillosa mujer y líder revolucionaria. Aún la recordamos, con ternura y amor, quienes la conocimos. Estudió Sociología en la Universidad de Chile y tuvo una hija, Camila. En 1982, ya separada de su esposo, con quien mantuvo siempre una cercana relación, ingresó al FPMR. El padre de su hija la apoyó, asumiendo la crianza de Camila, cuando tenía dos años. Sus compañeros la bautizaron como Tamara, en recuerdo de la revolucionaria Tamara Bunke.Su vida es un ejemplo de entrega y lucha. A pesar de su juventud, logró ascender en la estructura del FPMR, siendo la única mujer que llegó a ocupar un puesto en la Dirección Nacional. De vivaces ojos y gran ternura y cariño, su ímpetu la llevó muy lejos, mucho más allá de donde ella creía que podría llegar. Destacó como jefa político-militar y conspirativa en Santiago y Rancagua. Se encargó de la logística en innumerables ocasiones. Fue muy cariñosa con sus subalternos y se preocupó siempre, con mucha ternura, de las inquietudes y problemas personales de quienes tuvieron el privilegio de estar bajo su mando. La única entrevista que dio fue a la Revista Hoy, en 1987, donde dijo: “Yo soy jefe y se me subordinan hombres. He estado a cargo de tropas, masculinas por supuesto. Nunca he tenido problemas. Te aseguro que mis subordinados difícilmente ven en mí a una mujer. Una vez me vieron con las armas encima. Me vieron con granadas, con revolver. Y ésa fue la única vez que me han dicho qué linda estás”.Se inició en la lucha del FPMR con un atentado explosivo en un puente ferroviario en Talca y el asalto a una caja de cambio en Providencia, desde donde escapó a tiros, montada en una motocicleta. Entre Santiago y Rancagua, Tamara reclutó militantes para la organización y brindó apoyo logístico a los grupos de combate. A mediados de 1986, asumió la responsabilidad de apoyar la Operación Siglo XX, la emboscada al dictador Pinochet. Allí actuó al lado de José Joaquín Valenzuela Levi, el Comandante Ernesto, máximo jefe del atentado, quien moriría asesinado posteriormente en 1987, a manos de la CNI en la Matanza de Corpus Christi.En octubre de 1988, Cecilia encabezó junto a Raúl Pellegrín, quien era su pareja y principal Comandante del FPMR, la toma del poblado de Los Queñes, en la Región del Maule.
Tras una traición, parte importante del grupo fue capturado. Carabineros peinaba la zona buscando a los “líderes máximos del FPMR”. El cuerpo de Cecilia fue encontrado sin vida en el río Tinguiririca, con señales de tortura en su cuerpo y rostro. Raúl -”José Miguel” o “Rodrigo”- corrió la misma suerte. Según informes de autopsia, Cecilia presentaba lesiones contusas y huellas de aplicación de electricidad.Cuando nos dejó tenía apenas 31 años. Raúl cumplía ese 28 de octubre, 30 años.